Personalizar nuestras vestimentas o utensilios escolares eran algo muy complicado en las décadas pasadas. No había, como en la actualidad, tiendas dedicadas a estampar poleras o personalizar con alguna foto de lo que quisiésemos, alguna prenda de vestir.
A lo máximo que podíamos aspirar, era a pintar nuestros propios diseños con la tempera especial para géneros de Artel, todo un invento innovador para esos años.
Corría el tercer trimestre de 1988 cuando Coca Cola y sus marcas asociadas, notaron esta necesidad y se lanzaron con una apuesta que, tiene entre sus virtudes, plasmar en tela algunos diseños muy propios de la época.
Se trataba de la promoción “Coca Cola se Destapa Premiando”, que nos presentaba una serie de parches transferibles o hot stampers a través del planchado sobre tela. ¡Era hora de personalizar nuestras poleras y prendas de vestir!
Cada transferible medía aproximadamente 11 x 11 cms. En algunos modelos la gráfica podía variar, pero siempre se mantenía dentro de esa superficie.
Enfocada principalmente a los jóvenes de ese lejano 1988, esta promoción vino introdujo sin pretenderlo el concepto de personalización de tus prendas de vestir, algo muy común por estos días.
Nunca fui un niño que tomase muchas bebidas gaseosas, pero en su minuto logré canjear un par los cuales estampé en mi mochila escolar. Casualmente, mis viejos desarmaron un dormitorio la que tenía un sótano, en donde ésta estuvo guardada durante 28 años.
Se trataba del modelo con el globo aerostático, que en su minuto, me pareció el adecuado para mi pequeña maleta escolar. Desconozco cuántos fueron en total, pero actualmente poseo doce diferentes. Nunca usados.
¿Cómo se canjeaban? Debías juntar cuatro tapitas marcadas con la leyenda “Coca Cola se Destapa Premiando” en el interior + $50, vale decir, $315 a febrero de 2019.
Esta debió ser una de las pocas promociones que en el uso del producto final, requería la atención y ayuda de un adulto. El uso de una plancha caliente implicaba tomar ciertos recaudos que se hacían saber, junto al cartón del blister, con una hoja con instrucciones adosadas al parche.
El transfer tenía una lámina que cubría su área planchable. Para aplicarlo, debías despegarla y situar el parche en la parte de la tela que deseabas personalizar. Luego, poniendo sobre él la plancha caliente unos 15 a 20 segundos, esperabas que se produjera la transferencia y procedías a despegar el excedente. ¡Magia!
A continuación, te presento una galería con todos los diseños que actualmente poseo. No descarto encontrar algunos más en mis búsquedas cachureras:
[metaslider id=”1688″]Posteriormente, y tras el éxito de la promoción, se sumaron a los hot stampers algunas taquilleras prendas de vestir marca Wrangler por un año. Para acceder a tan motivante premio, sólo debías juntar cuatro tapas marcadas + $50 + la tapa marcada “Ropa”.
Coca Cola y Wrangler, pusieron un tope de $300.000 en prendas por premio ($1.890.000 a febrero de 2019). Esta modalidad, se lanzó entre septiembre y octubre de 1988. Nada mal para una promoción que buscaba fidelizar a un público juvenil y con ansias de lucir en onda.
Coca Cola se Destapa Premiando en la TV
Respecto del comercial de televisión, nos presenta a una serie de jóvenes bailando y disfrutando el sabor de una Coca Cola. En armonía con el mensaje de alegría que esta gaseosa a transmitido durante toda su existencia, se nos explica el modus operandi de la promoción, además de la posibilidad de, prácticamente, renovar tu armario varias veces con ropa Wrangler.
A continuación, te lo presento cortesía de mi amigo Rodrigo Rojas, a quién puedes seguir en su canal de Youtube aquí.
¿Conociste a algún afortunado que consiguiera ganar un año de ropa con esta promoción?