El inicio de la década y el boom de los superhéroes que vivimos los niños de aquel entonces, sólo es comparable al suceso, que en mayor medida, ha provocado el crecimiento del Universo Cinematográfico Marvel a partir de 2008.
Si nos remontamos a 1980, el cine de superhéroes o las series vinculadas a super hombres, sólo podríamos contar a unos pocos, como el Batman de Adam West (1966), el Hulk de Bill Bixby (1978); Spider-Man (1978), un colorido Capitán América (1978), sin olvidar a Christopher Reeves y su inolvidable Superman (1978).
Los monitos animados nos entregaron variadas versiones en movimiento (aunque limitados por su técnica xerográfica) de los personajes que nos marcaron en la infancia, siendo muy recordadas aquellas animaciones de Iron Man, Thor, The Hulk, Capitán América, Namor y Spiderman de los sesenta.
La programación infantil de los canales, nos sumergió en este fantástico mundo, mucho antes de que el cine. Por otra parte, los cómics, algunos aparecidos en diarios de circulación nacional, también nos abrieron un universo que nunca querríamos abandonar.
Años más tarde, programas como Pipiripao perpetuarían estas series, que al momento de su emisión, ya contaban con 20 años en el cuerpo.
Salo y los superhéroes
Bajo este contexto, Salo vio una excelente oportunidad para engancharnos con uno de sus entretenidos álbumes, en el que nos presentaría el mundo de los Superhéroes de Marvel en su completud.
1981 sería el año en que todos estos personajes se quedarían grabados en nuestra memoria, e incluso, conoceríamos muchos que no poseían una serie animada o un cómic, que al menos, se vendiera en los kioskos nacionales.
[incluir_entrada id=”1254″]En una edición, muy similar a lo que posteriormente sería el álbum de Los Superamigos de DC de 1984, nos presentaba láminas individuales de superhéroes como de escenas de luchas.
Asimismo, este álbum dio pie para que se editaran una serie de ocho posters y dieciseis rompecabezas, los que serían un complemento perfecto para expandir la experiencia de coleccionar, un ya extenso álbum.
Rompecabezas Salo
A inicios de la década de los ochenta, los rompecabezas fueron un medio de entretenimiento muy masificado entre los niños, por lo que las marcas, echando manos a las franquicias más populares en ese minuto; lanzaban distintas colecciones en un formato que se hizo muy masivo y práctico a la vez.
Buenos ejemplos de ello, fueron los Pitufos, la Abeja Maya, los personajes de Disney, Mazinger Z y He-Man; todos, entregados en la forma de mini-rompecabezas de 12 piezas, con un tamaño promedio de 13,5 x 9,5 cms.
[metaslider id=”8376″]Fue así como, los niños de aquel entonces pudimos tener a nuestros personajes favoritos más cerca y fantasear con sus historietas y aventuras.
Cada mini-rompecabezas de Salo era vendido en kioskos y librerías, incluso en bazares de barrio; permitiéndonos por menos de $2 de la época, poder llevarnos una de estas maravillosas cajas a casa.
En total, eran dieciséis rompecabezas que venían en una cubo de cartón, cuyo diseño hacía una clara referencia a su origen estadounidense, así como una imagen de la imagen a armar, así como de otros personajes disponibles.
Estos eran:
- Hombre Araña (Spiderman)
- Hulk
- Capitán América
- Mujer Invisible (Sue Richards)
- Hombre Elástico (Reed Richards)
- La Mole
- Hombre Antorcha
- Capitán Marvel
- Thor
- Falcon
- Nova
- Dan Defensor (Daredevil)
- Surfista de Plata
- Viuda Negra
- Namor
- Mujer Araña (Spider Woman)
Los rompecabezas nos presentan las imágenes clásicas de los cómics Marvel de esos años, mostrándonos el diseño clásico de los personajes; los que ciertamente cambiarían tras la irrupción del MCU a partir de 2008.
Me llama la atención de que un personaje como Ironman no esté presente en esta serie de puzzles, siendo que por esos años, el diario La Nación publicaría un comic semanal del Hombre de Hierro; por lo que su popularidad no era poca.
[incluir_entrada id=”7567″]Los puzzles estaban hecho en cartón dúplex, troquelados con un diseño único; distinto a lo que vimos en el caso de Mazinger Z, en que podías comprar rompecabezas con dos tipos de troqueles (lo que era al azar).
La caja en la cual venían los rompecabezas, también tenía un diseño similar a los individuales de cada puzzle, incluyendo una ilustración más artesanal, la que infiero fue realizada localmente, pues no es muy acabada en su calidad.
Si tenías el dinero suficiente, era posible comprar los dieciséis diseños incluyendo su caja contenedora, lo que sin duda, le daba un valor agregado a tu colección. Aunque siendo sinceros, a un niño de cinco o seis años, esto era algo sin mucha importancia.
A partir de este punto, fuimos muchos los que soñamos con estos personajes y quisimos tener mucho más merchandising y juguetes. Pero, en un Chile con menos opciones, los juguetes originales eran un verdadero sueño, tanto por su precio y por su disponibilidad.
Lo más cercano a una figura de algún héroe, fueron una serie de superhéroes con paracaídas, los que podías lanzar desde un segundo piso o simplemente, hacia arriba en la calle, para que descendieran lentamente hacia ti.
Eso sí, en muchas ocasiones, sólo quedaban atascados en los cables de la luz, debiendo descolgarlos a pelotazos o con un palo de escoba. Toda una hazaña en ese momento.
Sin duda, otra época. Una simple y con menos opciones. Actualmente, ser fan de los distintos universos de superhéroes es un verdadero agrado, pues existen diversas opciones, que van desde cuadernos, álbumes, figuras y disfraces.
Sin embargo, estos simples productos igualmente fueron el puntapié inicial de una relación que nos ha acompañado por 40 años, y hoy como adultos, podemos disfrutar de los productos, tanto Marvel como DC; como en 1981, cuando éramos sólo unos niños.
¿Cuántos de estos rompecabezas tuviste? ¡Déjame tu historia en los comentarios! 👇🏻