
Los mundiales de fútbol son un verdadero hito para un niño fanático del fútbol. Pese a que nuestra selección dio tumbos la mayor parte de los ochenta y noventa, hubo algunos destellos que fueron la excepción.
Era mayo de 1990 y una nueva cita mundialera se acercaba, la que esta vez, sería en la tierra de Rómulo y Remo: Italia.
Chile, marginado de esta cita por el incidente del Maracanazo del Cóndor Rojas del 3 de septiembre de 1989; nos dejaba sin poder disfrutar nuevamente de un mundial y deberíamos conformarnos por verlo por la tele, y lo peor, sin tener a nuestros jugadores en el ya clásico álbum de láminas que se editaba para la ocasión.
UN MUNDIAL ESPECIAL
El mundial de Italia 90 fue quizás, uno de los más especiales para quienes nacimos hacia fines de los setenta. Con una puesta en escena a todo trapo, sería el epicentro para que figuras como Diego Maradona, Marco Van Basten, Ruud Güllit, Thomas Haessler, Jürgen Klinsmann o Roberto Baggio; ingresaran al salón de las leyendas deportivas.
Por otra parte, el mundial nos regaló dicotomías como una de las peores mascotas de un certámen de este tipo: el indescifrable CIAO; y el que es, a mi juicio, el mejor himno de un campeonato mundial de fútbol: Un’ estate italiana, interpretada por Gianna Nannini y Edoardo Bennato. Este temazo fue compuesto por el DJ y productor musical Giorgo Moroder.
Un Estate Italiana, Himno de Italia 90
VIVE LA EMOCIÓN DEL MUNDIAL CON COCA COLA
A diferencia de los mundiales anteriores, el editor del álbum oficial no sería SALO, quién había estado a cargo de este tipo de publicaciones a contar de 1962; y en donde la mayoría de las veces, se trataba de reimpresiones locales de álbumes licenciados por marcas internacionales como Panini o Fher.
En una movida inédita hasta entonces, Coca Cola lanzaría durante el primer trimestre de 1990 una promoción que nos invitaba a vivir la emoción del mundial con Coca Cola, en un comercial muy vistoso, lleno de la psicodelia propia de esos años y al son de un jingle muy particular.
Claro, porque no se trataba sino de una reinterpretación de Just Can’t Get Enough de Depeche Mode; adaptado de manera muy ingeniosa para contarnos en no más de 30 segundos, en lo que consistía la promoción. Ni idea si lo hicieron pagando derechos o fue una movida similar a la de los Yupiboys.
Comercial emitido por Coca Cola en mayo de 1990.
ITALIA 90, UN ÁLBUM DIFERENTE
Si disfrutaste y coleccionaste los álbumes de España 82 y México 86, ambos editados por SALO; notarás que su versión de 1990 tenía diferencias fundamentales con sus hermanos mayores.
Lo primero era su presentación. Visiblemente más vistoso que sus antecesores, nos presentaba un trabajo de diseño más acabado, y en cuya portada podíamos ver el logo del campeonato a gran tamaño junto a una serie de láminas que podríamos coleccionar y pegar en nuestro álbum.
Atrás quedaban las bultosas láminas de cartón (de México 86) para pasar a monitos de papel couché (similares a España 82), pero sin la información en su parte posterior que te obligaba a pegarlas sólo por la orilla superior. Personalmente, nunca le encontré una verdadera utilidad a eso.
Esta vez, se sumaban una lámina del equipo en formación (como en México 86) y el escudo de la federación de fútbol del país, lámina que era autoadhesiva.
Pero lo mejor de todo, era que la mayoría de los 24 equipos venía a página doble, otorgándole mayor holgura a la disposición de las láminas, así como la posibilidad de incluir estadísticas de los propios jugadores al borde de las páginas.
Si, hubo selecciones que por algún criterio que suponemos, fueron incorporadas en láminas de dos jugadores y a una página. Algunos de los países que corrieron esta suerte fueron Costa Rica, Egipto, Camerún y Emiratos Árabes Unidos. Esta fórmula se repitió para el álbum de USA 94.
Cada sobre traía 6 láminas y un cupón para obtener premios. Se canjeaban con dos tapas marcadas con el logo del mundial + $30. En tanto, el álbum de Italia 90 sólo se canjeaba con dos tapas marcadas.
LOS RECORDADOS CANJEABLES DEL ÁLBUM ITALIA 90
Como buen álbum y promoción de una bebida, no sólo te permitía juntar el álbum y sus láminas. También hubo premios de canje instantáneo así como otros más difíciles, y porqué no decirlo, imposibles.
Como lo señalé arriba, cada sobre incluía un cupón, con el que podías canjear a unos simpáticos muñecos llamados FUTBOLINES, una suerte de pompones con patas de resorte, zapatos de fútbol y sombrero de tapa de bebida. Los hubo en cuatro colores, unos por cada bebida de la marca.
Se canjeaban con un cupón +$80.
El segundo premio de canje inmediato fue la recordada y querida PELOTA PUZZLE, que como su nombre lo dice, era un intrincado puzzle con forma esférica que debías armar para resolver. Simulaba a un balón de fútbol y estaba brandeado con el logo de Coca Cola.
Se canjeaba con un cupón +$300.
LOS PREMIOS “IMPOSIBLES”
Y bueno, hubo otros premios que eran más difíciles de obtener o debían ganarse a través de sorteos, previo llenado de tu álbum y timbrado respectivo en las embotelladoras de Coca Cola.
Muchos recordarán al bullado balón oficial de la contienda: el ETRUSCO. Manufacturado por ADIDAS, era justamente uno de los premios “gordos” del álbum, junto a una serie de vestimentas de la marca, como poleras y bananos oficiales de Italia 90.

Personalmente, logré completar el álbum dentro del tiempo de la campaña, pero desconozco la razón porqué no lo llevé a timbraje. Quizás el tener que desplazarme a la Embotelladora Andina en Viña desde Valparaíso (no sabiendo bien dónde quedaba), y el sólo tener 11 años, hizo su trabajo.
¿Qué recuerdos te evoca este maravilloso álbum? ¿Cuál lámina fue la última que te salió o comprabas algunas sueltas en el casero que te las vendía de a una?





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